
...Un día en el cual los dioses se encontraban enojados con los hombres, acuerdan reunirse para buscar una manera apropiada de castigarlos; para este fin tendrán que descubrir qué es aquello en lo cual los hombres concentran su mayor interés; y luego, concedérselo. En el primer punto hay unanimidad entre los dioses: aquello en lo cual los hombres están más interesados es, sin duda, en el amor. "Como ya sabemos -dicen- qué es lo que tenemos que otorgarles, al mismo tiempo se lo ocultaremos, de manera tal que nunca lo puedan hallar". Uno de los dioses propone esconderlo en la cumbre de la montaña más alta; pero otro está en desacuerdo, "porque ellos tarde o temprano llegarán allá". Entonces Neptuno, dios del mar, cree que es mejor situarlo en el fondo del mar, pues es muy difícil acceder allí. "Quién sabe -replicó el otro-, no hay certeza de que el día de mañana no puedan encontrarlo en ese lugar". ¡Señores, qué hacemos! (exclaman al unísono). Al final, el dios más astuto propone algo que aceptan todos de inmediato: "Lo esconderemos -dice- dentro de ellos mismos, porque ahí jamás lo van a buscar".
Robado desde A. Ruiz: El Amor como el dominio emocional humano.
La Visión Post-Racionalista de Vittorio Guidano.